Hoy, el concepto “digitalización” está cada vez más instalado en nuestro día a día y la industria financiera no es la excepción, en dónde se ha visto en los últimos años una evolución exponencial respecto a lo relacionado a métodos de pago y transferencias, acrecentando el rol catalizador que han tenido las fintech y la tecnología blockchain.
La coexistencia efectiva entre el sistema monetario tradicional y la economía basada en blockchain presenta cada vez más puntos de fricción o interacción, según la perspectiva.
Es de público conocimiento que se trata de un tema aún en discusión al interior de los bancos centrales de todo el mundo, el cual se ve expresado en cientos de papers, columnas de opinión y hasta pruebas de concepto a gran escala, como el “Proyecto Dunbar” que integran los bancos centrales de Sudáfrica, Australia, Malasia y Singapur, en coordinación con el BIS (Bank for International Settlements).
La discusión sobre la necesidad o pertinencia de emitir una CBDC ha tomado aún más relevancia estas últimas semanas, dada la caída de una stablecoin que ofrecía paridad con el dólar dentro de la blockchain y que en cuestión de horas, su desestabilización causó millonarias pérdidas patrimoniales a nivel mundial. Este acontecimiento no solo merma las confianzas de inversionistas retail e institucionales respecto de las stablecoins que buscan equiparar al dólar o euro, sino también respecto del mundo general de las finanzas descentralizadas y su despliegue tecnológico subyacente.
DESAFÍOS Y AMENAZAS
Una moneda digital emitida por los bancos centrales podría generar mayor confianza y resiliencia a las nuevas formas de pago, y en particular a las operaciones de tipo cross border, en donde las criptomonedas han mostrado ser más eficientes que las monedas FIAT, otorgando acceso a servicios financieros a los sectores no bancarizados, principalmente en países subdesarrollados o en vías de desarrollo.
En esta nueva economía digital, tanto los contratos inteligentes (smart contracts) como los activos digitales buscan su espacio de consolidación, por lo que ambos podrían verse beneficiados al estar vinculados y respaldados por una moneda digital emitida por los bancos centrales.
El escenario de desafíos y amenazas que esta transformación plantea al sistema financiero tradicional no es desconocido para la industria, la cual ha tenido la capacidad de innovar de forma permanente a lo largo de los años, evolucionando a partir del desarrollo de productos y servicios que, de la mano de nuevas tecnologías, se adecuan a las nuevas formas de hacer negocios de parte de los clientes y las grandes organizaciones.
REFERENTE TECNOLÓGICO
En este sentido, en SONDA apuntamos a comprender el alcance y explorar el potencial que estas tecnologías pueden aportar al sector financiero, siendo agentes activos de cambio y validando nuestro liderazgo, innovación y experiencia en la transformación constante de la industria, tal como ha sido nuestro acompañamiento en la implementación del sistema de AFP desde el primer día y los inicios de las cámaras de Compensación de Alto Valor y de Derivados, así como fuimos pioneros en el desarrollo de soluciones locales para el mercado de inversiones y fundamentales en la implementación del primer sistema de soporte para la compra inteligente de vehículos en automotoras, sin olvidar el hecho de ser claves en la apertura de los últimos cuatro bancos que entraron en operaciones en Chile.
Un compromiso con la innovación y transformación digital de la industria financiera que no solo apunta al mercado nacional, sino que también con miras de consolidar a SONDA como un referente tecnológico en toda la región, y ahora también con operaciones en Estados Unidos.
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The digital software industry has become the foundation of modern business success, reshaping operations and delivering exceptional customer experiences. With innovative tools and platforms, companies can innovate, remain competitive, and respond to constant market changes.